martes, 4 de julio de 2017

DIAS DE LA INDEPENDENCIA: COINCIDENCIAS Y DIFERENCIAS ENTRE LA DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMERICA Y LA DE VENEZUELA

Los ciudadanos Venezolano-Americanos en los Estados Unidos tenemos un privilegio con relación al resto de los hispanos que integramos la primera minoría de habitantes en este país. Podemos celebrar en un mismo viaje la independencia de nuestra nación adoptiva, con la de nuestra siempre amada Venezuela. Por casualidad celebramos el 4 y el 5 de Julio juntitos. Haremos un rápido recorrido histórico y veremos algunos interesantes detalles que ya no serian "casualidades" sino más bien "causalidades". Pero también encontraremos fundamentales diferencias que explican el por qué de las cosas, como las vemos hoy en día.

Los gritos de libertad que comenzaron con  la Masacre de Boston en Marzo de 1770, continuaron con el Boston Tea Party en Diciembre de 1773 y la idea de no pagar más impuestos al Rey de Inglaterra sin representación en el gobierno ("No taxation without representation"); desencadenando el proceso y la Guerra de Independencia de los Estados Unidos (también conocida como Guerra Revolucionaria Americana). Fue un conflicto que enfrentó a las trece colonias británicas originales en América del Norte contra el Reino de Inglaterra. Durante la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos, el Congreso Continental reunido el 4 de julio de 1776 en Filadelfia, ratificó el que quizás es uno de los documentos políticos mas poderosos e influyentes de todos los tiempos: La Declaración de Independencia de Estados Unidos de América. El documento original está expuesto al público en los archivos nacionales estadounidenses en Washington, DC y fue aprobado por 56 congresistas, y redactado por Thomas Jefferson con la ayuda de otros cuatro congresistas: Benjamin Franklin, John Adams, Roger Sherman y Robert Livingston (conocidos en la historia como "El Comité de cinco"). Adams y Jefferson fueron en ese orden el segundo y tercer Presidente de los Estados Unidos. Livingston el primer Canciller o Secretario de Estado; Sherman Diputado y Senador por Connecticut. El sabio e inventor Franklin fue la fuerza intelectual y unificante de todos los próceres y en los primeros pasos de la República fue el primer Jefe del Correo de los Estados Unidos (el primer servicio público federal creado por la Constitución, que incluía el manejo de los primeros servicios de inteligencia) y el primer Embajador en Francia, la posición diplomática mas importante de la época por el vínculo militar y financiero del proceso de independencia con dicho país. La declaración  se imprimió en papel moneda y se iniciaron relaciones diplomáticas con potencias extranjeras. La declaración se aprobó con la abstención de la delegación de Nueva York (incluyendo a Livingston corredactor de la declaración). De los 56 congresistas, 14 murieron durante la guerra. La guerra de independencia de los Estados Unidos se desarrolla entre 1775 y 1783, finalizando con la derrota británica en la batalla de Yorktown y la firma del Tratado de París en 1873. Y aquí comienzan algunas importantes coincidencias para los venezolanos.
                  
Nuestro Francisco de Miranda se encuentra en Filadelfia en 1783 decidiendo sobre su futuro y comprendiendo el proceso que daba inicio cuando Inglaterra reconoce en el Tratado de Versalles la independencia de los EEUU. Además de corresponder con Washington como emisario del Capitán General de Cuba Juan Manuel Cagigal, cultiva amistad con otros líderes independentistas, particularmente Alexander Hamilton, y vive un amorío con Susan Livingston, hija de Robert Livingston, primer Secretario de Estado y el corredactor de la Declaración de Independencia que curiosamente no la firmó porque su Estado, Nueva York, instruyó a la delegación abstenerse. Es importante el detalle de que tanto los líderes de la independencia en los Estados Unidos como Miranda eran masones. Para que tener perspectiva de la presencia de Miranda en Estados Unidos, el 24 de Julio de 1783 nació Simón Bolívar y Francisco de Miranda (en esa fecha de 33 años) ya era amigo de Washington y Hamilton, pensaba en la independencia de Venezuela.
      
La independencia de los Estados Unidos se inspira y tiene las mismas raíces enciclopedistas y anti-monarquicas seguidas por todos estos líderes masones en América, y los estudiosos de la vida de Miranda afirman que se decide a luchar por la independencia de Venezuela durante su estadía en los Estados Unidos, al calor del proceso protagonizado por Washington.  En 1787 Estados Unidos adoptó la primera y única Constitución que ha conocido, y Washington fue elegido por el Colegio Electoral en las elecciones presidenciales de 1789 como el primer presidente de una República Federal. Si bien la independencia de Venezuela se inspira y tiene las mismas raíces que la estadounidense, como lo confirma el detalle de las andanzas de Miranda entre Filadelfia y Nueva York, existen inmensas diferencias en la coincidencia.

La guerra de independencia Venezolana fue un proceso mucho más largo y cruento que el conflicto norteamericano. La guerra de independencia americana concluyó en menos de una década. Se estudia en las disciplinas castrenses que Washington triunfó con el uso de la inteligencia militar, y que fueron mas decisivas para su éxito las confrontaciones que evitó que las que peleó, casi siempre imponiéndose en en sus victorias por el factor sorpresa, que lograba con base en una eficiente red de espionaje. Además Washington era el líder militar de un ejército que unificaba varias colonias desde la proclamación de la independencia misma, anticipando un modelo federativo de gobierno entre lo que pudieron ser 13 repúblicas diferentes.

Por el contrario, la independencia de Venezuela tuvo varios movimientos precursores: La insurrección de José Leonardo Chirino (1795), un zambo libre que promovió una idea republicana en la que se propugnaba la abolición de la esclavitud; pero bajo la mirada desconfiada y hasta acusatoria de la élite blanca criolla, que no obstante acariciar la idea independentista, no se unía en torno a algo para algunos precipitado, que colocaba a un mestizo a la cabeza, y adicionalmente ilegalizaba la esclavitud, parte esencial de las estructuras económicas coloniales. Luego vino la Conspiración de Gual y España (1797) que pese a sus importantes proclamas progresistas no pasó de ser un movimiento sedicioso o intento de golpe de estado, sin raigambre popular, y por ello delatado. El intento de Francisco de Miranda con su entrada por la Vela de Coro (1806) no tuvo acogida porque fue visto como una imposición externa (financiada por los ingleses en su ambición de debilitar los dominios Españoles en América, tras la independencia Americana). Por tanto, Miranda, se presentó en esa oportunidad como un extranjero en su propio país, cubierto de glorias militares en Europa, pero sin ser portador de una proposición unitaria de los líderes de la sociedad Venezolana. Por otra parte durante la independencia de Venezuela surgen y caen sin consolidarse dos repúblicas, y no es hasta mas tarde que Simón Bolívar logra, con un tanto de audacia, visión y ambición, avanzar mas allá de la liberación de una colonia para sumar a la de la Nueva Granada (hoy Colombia y Panamá), Quito (hoy Ecuador) y Bolivia (entonces parte del Perú, donde el Mariscal Sucre, venezolano y pupilo de Bolívar fue factor clave); dando origen a la Gran Colombia.

Otra importante diferencia está en el bautismo del proceso. En Estados Unidos la Declaración de Independencia expresaba una ruptura frontal con el Rey de Inglaterra. En Venezuela, todo comenzó como una manifestación de lealtad al Rey Fernando VII de España, derrocado por los franceses al mando de Napoleón Bonaparte, quien impuso a su hermano José Bonaparte en el gobierno de España. Esta complicada maniobra, que inicia con un paso tan distante de la misma revolución francesa (inspiración del propio proceso de independencia), y declarativa de lealtad a la Monarquía española, de cuyo yugo en forma inconfesable las elites venezolanas querían independizarse, fue decisiva para unir a los Blancos Criollos y muchos Blancos Peninsulares, junto al pueblo, en una aventura que cristalizó con proclamación de la Declaración de Independencia de Venezuela el 5 de Julio de 1811, casi un año después. El Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela es un documento en el cual siete Provincias Españolas pertenecientes a la Capitanía General de Venezuela en Sudamérica declararon su independencia del Reino de España y explicaron sus razones para esta acción. La nueva nación que esta declaración proclamó sería la Confederación Americana de Venezuela. Fue redactada principalmente por Juan Germán Roscio, y ratificada por el Congreso el 7 de julio de 1811, transcrita al libro de Actas el 17 de agosto de 1811, en Caracas. El Libro de Actas original del primer Congreso de Venezuela se encuentra en el Palacio Federal Legislativo en Caracas, hoy sede de la Asamblea Nacional. Roscio fué luego el primer Vicepresidente de la Gran Colombia y el primer Canciller de Venezuela. Es importante destacar que las provincias de Coro, Maracaibo y Guayana, quedaron excluidas del Congreso por estar dominadas por los españoles, y por tanto no suscribieron la declaración de independencia.
                                                                            

                                                                                                                                                
Un último y curioso dato. Ni Washington ni Bolívar son firmantes del Acta de la Declaración de Independencia de sus respectivas naciones, pero son sin discusión los líderes militares que las hacen posibles. En el caso de Washington, que si era Delegado al Congreso Continental, no la firma porque estuvo ausente al verse designado de forma inmediata como Jefe Militar del Ejército o milicia del nuevo Estado, y ya se encontraba en pie de lucha cuando el documento fue aprobado. Bolívar no representaba a ninguna provincia de Venezuela en el Congreso que proclamó la independencia, pero estaba detrás de muchos de los movimientos que tejían sus resultados, y fue decisivo en el regreso e incorporación de Miranda a dicho cuerpo, quien con su prestigio militar era símbolo y actor necesario para la lucha que se desencadenaría. La firma de Miranda si está estampada en el documento como delegado o diputado por Barcelona. Sin embargo, no fue Miranda (quien muere condenado por traición en la prisión de La Carraca, Cadiz tras la caída de la Primera República), sino Bolívar la figura militar y política estelar de la independencia. Mientras a los americanos del norte les tomó menos de 10 años concluir la guerra contra los ingleses y ver a Washington como su primer presidente electo bajo la que sigue siendo la Constitución del pueblo estadounidense; los venezolanos continuamos en conflicto hasta 1826 en la búsqueda de un gran proyecto independentista y federativo llamado la Gran Colombia, que fracasó no tanto por ambicioso, sino debido a la falta de unidad entre los líderes de la independencia, quienes se apartaban del liderazgo de Bolívar para aferrarse a la idea de varias naciones donde cada quien gobernaría a su antojo. A diferencia de Washington, Bolívar no pudo encabezar un proceso de consolidación republicana bajo una Constitución Federal. Por el contrario, tuvo que ser Dictador y gobernar por decreto entre 1826 y 1830, para luchar contra los movimientos separatistas que finalmente se triunfaron.

La República de Venezuela que hoy conocemos comienza realmente en 1830 de la mano del liderazgo del General José Antonio Páez, quien luego de magnífico jefe militar en la independencia, fue la figura mas emblemática de "La Cosiata", el movimiento separatista de los Venezolanos. Desde ese momento, golpe de estado tras golpe de estado, pasando por la Guerra Federal, el país vivió en conflicto bajo la ambición de caudillos y milicias, totalmente en desunión, hasta que tomó el poder el General Juan Vicente Gómez entrado el siglo XX. Venezuela ha vivido toda su historia entre la bota militar y el conflicto, con el parentésis de los 40 años de democracia representativa y alternativa que protagonizan los partidos AD y COPEI entre 1959 y 1999 bajo la Constitución de 1961, que ha sido la mas duradera. En todo ese proceso y hasta la fecha Venezuela ha conocido 26 Constituciones, y va en camino a otra nueva por la convocatoria a una polémica e írrita Asamblea Constituyente. Estados Unidos ha tenido una sola Constitución a partir de su declaración de independencia, con 27 enmiendas para introducir cambios puntuales que han dado mayor fuerza a la Constitución misma y su sistema de gobierno democrático, así como a las libertades y derechos humanos e individuales frente al poder del gobierno. Muy posiblemente al final de esta oscuridad en que vive Venezuela sea necesaria otra nueva Constitución para prender la luz e iluminar el futuro de los Venezolanos. Sería la número 28.

No obstante los contrastes expuestos, existe un pensamiento sistémico y común según lo expresan el pueblo americano y el venezolano en sus declaraciones de independencia. Estas dos declaraciones deben ser leídas y sentidas por todos los Venezolano-Americanos al celebrar el 4 y el 5 de Julio. Para cultivar nuestro compromiso ciudadano, al tiempo que nuestras raíces, transcribimos ambos textos en paralelo destacando los hilos de coincidencia con el subrayado:


miércoles, 15 de junio de 2016

Diálogo con revocatorio y regionales

El Nacional, 12 de junio 2016
Esta semana han ocurrido dos hechos gravísimos en la caracterización de un régimen político a la luz del derecho internacional.
Por un lado, unos diputados son agredidos de forma brutal por grupos violentos, no solo frente a la mirada indolente de la Guardia Nacional, sino empujados a ello por la autoridad. Esto es un hecho de inmensa gravedad. Pero más lo es cuando sabemos que la agresión tuvo lugar cuando esos diputados opositores hacían una visita al organismo electoral (CNE) para exigir respuesta sobre el trámite de verificación de las firmas consignadas para iniciar un referéndum constitucional revocatorio del Presidente de la Republica, con el propósito de que todo ocurra dentro de los plazos legales.
Y, por otra parte, en el contexto de una cruel escasez, se ha puesto la distribución de alimentos y productos básicos en manos de comités dirigidos por activistas políticos leales al gobierno. ¿Con cuál finalidad? ¿Que la ciudadanía se arrepienta de haber firmado para activar el revocatorio o se abstenga de votar luego, so pena de no recibir su ración de alimentos?
En efecto, en Venezuela comienza a dibujarse un trazo más nítido, una conexión más concreta, que evidencia la discriminación por razones políticas como una política de Estado. Ya no se trata solo de casos de violaciones a los derechos humanos, represión de manifestaciones y presos políticos que el Gobierno pretende caracterizar ante la comunidad internacional como parte de un plan de desestabilización conspirativa. Se ha ido más allá. Se ha hecho sistémico el concepto represivo, al punto de que los alimentos estarían a disposición solo de quienes sean leales al Gobierno y negados a quienes suscriban cualquier manifestación de apoyo al revocatorio.
Así están las cosas.
Cuesta creer que estos hechos puedan pasar inadvertidos para los ex presidentes Rodríguez Zapatero, Torrijos y Fernández. El establecimiento de canales de diálogo para lograr la convivencia democrática es necesario. Más aún, es indispensable para encontrar caminos de solución a la delicada crisis de Venezuela. Pero los ex presidentes, y quienes quieran abonar el camino del diálogo, deben asumir, como especial condición previa, la garantía institucional de que este trazo de represión sistémica por razones políticas cese. Quien venga a mediar por el entendimiento debe exigir que los trámites del revocatorio se hagan con estricto apego a los plazos y en observación de los derechos que en el curso del mismo asisten a cada grupo político que es parte interesada en el asunto.
Entretanto, creo que va llegando la hora de dejar muy claro algo. Los periodos constitucionales de los gobernadores de estado están por vencer en diciembre de este año, de acuerdo a la Constitución. Y la ley es meridianamente clara. El CNE debe fijar la fecha exacta de realización (y publicar el cronograma electoral correspondiente) seis meses antes del vencimiento de dicho periodo constitucional. Es decir, a estas alturas del mes de junio ya va siendo hora de hacerlo. Esto no es una opinión. Está en la ley. De este dato deben tomar nota también los ex presidentes que intentan ayudar a Venezuela en la solución de la crisis.
Sobre lo económico hemos hablado hasta el cansancio. No es simplemente una caída dramática en los precios del petróleo lo que afecta al país, es un colapso del aparato productivo público y lo que queda del privado, resultado de casi dos décadas de un régimen que jamás fue capaz de invertir el caudal petrolero y minero del país para apalancar el aparato productivo nacional desarrollando estrategias que rompiesen la dependencia de la renta petrolera.
Con toda honestidad, este es el legado social y económico de Chávez, más que el fracaso de Maduro; y esto sin obsequiarle una excusa a Maduro (quien además no podría articularla por falta de liderazgo propio en el oficialismo). Pero lo que sí tiene sentido, para quienes dentro del chavismo deseen abrirse paso en un próximo capítulo de construcción nacional, es hacer el viraje, comenzando por encauzar este episodio con el apoyo del diálogo hacia una transición.
Para la oposición, el diálogo es una herramienta en nada excluyente con el revocatorio presidencial. Las fuerzas democráticas deben insistir en la exigencia de garantías para la realización de dicho referendo y de las elecciones regionales, pero usando esta coyuntura para articular con claridad una narrativa que contenga su visión de país y el camino para salir de la crisis.
Cada semana parece aumentar la crudeza de la cotidianidad en Venezuela. Por eso mismo, la respuesta a la barbarie debe ser más comedida, más apegada a la institucionalidad y a la ley. Ese es el camino que nos lleva al futuro y nos aleja de este horror que, aunque no parezca. Sí tiene fin. Y no lejano.

Una buena ración de sensatez frente al delirio

El Nacional, 7 de junio 2016
En estas últimas dos semanas ocurrieron tres eventos de gran importancia en Estados Unidos, por sus implicaciones en la batalla por la Presidencia y el control del Senado.
Dos de esos relevantes episodios se relacionan con la agenda de campaña del inefable Trump. Primero, el del característico peinado viajó al estado de Nuevo México, cuya gobernadora, la republicana Susana Martínez, es uno de los íconos de ese partido, promovida hasta hace poco como una posible candidata a la Vicepresidencia, en un esfuerzo por conectar con el importante y decisivo voto latino de Estados Unidos. Al salir de su flamante jet privado, Trump se montó en un podio y emprendió un virulento ataque personal contra la gobernadora, culpándola de problemas anteriores a su gestión, que ella viene tratando de resolver. En un solo disparo, el excéntrico de Trump mostró sus prejuicios contra el empoderamiento de las mujeres y los latinos. Y en su partido nadie entiende cómo pudo enajenarse la posibilidad de un acercamiento con quien podía ser, precisamente, un conector con el voto hispano, que en este momento se encuentra en el más alto nivel histórico de rechazo al Partido Republicano y su candidato presidencial (con solo 12% de respaldo entre los latinos).
El segundo evento, protagonizado también por el aludido, tiene que ver con la visibilidad y relieve que viene adquiriendo el juicio por fraude que avanza en un tribunal en California por el caso de Trump University, en cuyo curso han aparecido evidencias de afectados y hasta de empleados de aquel proyecto, que indican que supuestamente se defraudó a sus estudiantes. Pero el controversial Trump, aquejado por este tren que amenaza con llevarse por delante su credibilidad –ya de suyo quebrantada por su negativa de hacer públicas sus declaraciones de impuesto–, optó por salir al ataque contra el juez de la causa. Su increíble e inaceptable argumento: ¡El magistrado Gonzalo Curiel es mexicano y, por ende, “no puede ser juez en este caso”, porque, según Trump, de llegar a la Presidencia ejecutará una deportación masiva de mexicanos...
El magistrado Curiel es hijo de mexicanos que, desde un origen muy humilde y con trabajo dedicado, lograron que sus dos hijos, ciudadanos nacidos en el estado de Indiana, se graduaran de abogados; uno de ellos prestó servicio en la Fuerza Armada y es veterano de la guerra de Vietnam.
El juicio por el fraude de Trump University comenzó mucho antes de que Donald Trump fuese candidato presidencial. Las evidencias comienzan a adquirir visibilidad en la opinión pública y, de pronto, el demandado (ahora candidato emblemático de los prejuicios contra los latinos) arremete con ese absurdo ataque personal contra el juez de la causa que avanza en su contra por fraude. Pero este lance no solo profundiza la herida abierta por el discurso de Trump en la comunidad hispana, sino que trae a colación un nuevo asunto: el irrespeto a la institución judicial por parte de alguien que aspira a la Presidencia. Ya durante un debate del Partido Republicano (y en varias entrevistas) Trump ha admitido estar de acuerdo con la tortura de prisioneros de guerra y descalificó al honorable senador McCain en su condición de héroe militar insinuando que no lo era, porque fue capturado por el enemigo. Y no se inhibió de decir que la Fuerza Armada tendrá que seguir sus órdenes si es presidente, aun siendo estas ilegales. El capítulo que se reabre con la conducta de Trump en el caso del vilipendio al juez Curiel es su carácter autoritario como condición inhabilitante para asumir la primera magistratura de Estados Unidos, la posición de mayor poder e influencia global del planeta. Sin duda, se acumulan evidencias de que no tiene la condición y atributos personales para ejercerla.
Y precisamente, cabalgando sobre ese momento, se produjo el hecho de significación electoral que merece comentario. Días después de que los líderes del G7 le expresaran al presidente Obama la preocupación internacional por los conceptos y planteamientos de Donald Trump, Hillary Clinton pronunció, en San Diego, California, un discurso equilibrado e impresionantemente bien documentado sobre política exterior, que contrastó notablemente con los de su contendor.
Mientras su competidor da muestras de muy escasa confiabilidad, por decir lo menos, Hillary Clinton se mostró como una persona preparada en los asuntos globales y dotada de los atributos personales para ejercer la Presidencia de Estados Unidos. Ha demostrado una especial capacidad de trabajar con amplitud, tolerancia y comprensión frente a las diferencias culturales, políticas o religiosas, dando garantías de que estas no son obstáculo para construir espacios de entendimiento, colaboración y multilateralismo en el manejo de los desafíos de seguridad, lucha contra el terrorismo, medio ambiente, comercio, frente contra la corrupción y defensa de los derechos humanos. Demostró Hillary que maneja los conceptos, tiene la experiencia y talante que cabe esperar de quien aspira a presidir tan importante nación. Y, muy concretamente, comandar con sindéresis y buen criterio la fuerza armada más poderosa del planeta.
El presidente Obama confió, a los líderes mundiales preocupados por el discurso de Trump, que él no creía que los americanos lo elegirían. Interpelado por qué, repitió lo que otras veces ha dicho a la prensa: “Porque creo profundamente en la decencia del pueblo americano”.
Los líderes del G7 seguramente escucharon con detenimiento a Hillary Clinton en San Diego esta semana. Y deben tener cifradas sus esperanzas en que la decencia de la que habla Obama se expresará en la mayoría electoral que convertirá a esa mujer en la primera en conducir las riendas de Estados Unidos.

Abogando por el Cambio

Vivimos en tiempos de cambio. Tiempos interesantes donde las nuevas formas y herramientas de comunicación adquieren cada día mayor importancia, definiendo nuestras vidas e influyendo en nuestras opiniones, construyendo nuevos espacios para la participación democrática y el poder ciudadano.

Vivimos en tiempos que presentan difíciles desafíos en materia social y económica. La pobreza e iniquidades, el cambio climático global, el uso racional de los recursos naturales, el respeto a los derechos humanos, el desarme para la paz mundial, y el fortalecimiento de los sistemas democráticos, son temas y problemas prioritarios que hoy tienen afortunadamente expresión concreta en instrumentos del derecho internacional.

La globalización ha traído consigo aportes y retos en todos estos frentes, como el surgimiento de un mundo multipolar, con zonas de influencia económica y mercados relativamente integrados, coexistiendo con economías donde la informalidad y la subsistencia alcanza mas de la mitad de sus pueblos. En estas nuevas realidades todavía sigue pendiente promover la igualdad de oportunidades y la movilidad mas libre del factor humano o del factor laboral en la economía global, tal como se promueve el movimiento libre de capital y bienes. En este mundo global los trabajadores y sus sueños de felicidad siguen atrapados por las fronteras nacionales, dentro de las cuales muchos padecen como víctimas de dualismos socioeconómicos e injusticias que les obliga abrirse paso, como sea, para alcanzar esos sueños. A esos movimiento migratorios hay que verlos en su dimensión humana y encontrarle respuestas que acojan el derecho de todo ser humano a encontrar su felicidad y la seguridad de su familia, lo cual pone de relieve la realidad inter-dependiente en que vivimos, y la urgencia de modelos de cooperación internacional mas eficaces y dotados de suficientes recursos.

Finalmente, en ese envolvente proceso de cambios y globalización aparece la importancia de promover la tolerancia y la diversidad; la pluralidad y el pluralismo, dejando atrás visiones elitistas que suponen la primacía o hegemonia de alguna cultura, religión, grupo social o gobierno, por vias de facto que ignoran el derecho de otros.

Nuestra idea es contribuir a la comprensión de nuestra realidad con objetividad; y a la búsqueda de equilibrios, consensos y soluciones justas pero compartidas con relación a los temas y problemas de nuestro tiempo. Te invitamos a mirar alto, esperar lo mejor para todos, participando en "Tribuna".