He recibido muchos mensajes y
llamadas de amigos y colaboradores.
Para ellos debo escribir estas
líneas. Me siento en la obligación de sacar varias cosas de adentro para
llevarlas a todos ustedes que me preguntan ¿Leo qué pasó? ¿Leo y ahora qué hacemos?
Lloré esta derrota junto a mi
esposa, mi hija y mis hijos. Van horas de quebranto al conversar sobre el tema
con mis padres, hermanos y toda la familia. Los abrazos y apretones de mano con
a mis amigos y compañeros de trabajo del Comando Venezuela en Washington
llegaban con una dolorosa resignación, porque trabajamos mucho en alcanzar la
Victoria. Las llamadas telefónicas no me han permitido regresar a la rutina.
Ayer perdimos las elecciones; y
no hay ningún indicio de fraude electoral. Perdimos una batalla. Todavía no
somos mayoría. Confieso que creí que ya la habíamos construido, tuve dudas durante
la campaña, pero las reprimí y la esperanza se apoderó de todos mis sentidos. Le
dije hace días a Analuisa, mi compañera incondicional, paciente, entregada, perceptiva
y llena de amor que me acompaña en este difícil mundo de la lucha política, que
en cualquier escenario el 7 de Octubre nunca seria el final de nada, sino el
comienzo de una nueva y difícil etapa.
Fue un día muy duro, porque
todos tenemos derecho a aspirar, a soñar con una Venezuela que progrese; y
Henrique nos permitió mirar el futuro, y acariciar esa posibilidad.
Henrique Capriles, a quien
conozco desde hace muchos años y con quien he tenido el privilegio de luchar en
equipo y recorrer este camino al progreso, es un Venezolano tallado en una sola
pieza. Hizo un esfuerzo admirable, yo diría que colosal. La espectacular campaña
que dirigió Armando Briquet, quizás uno de los mejores operadores políticos que
conozco, nos mostró el camino que debemos seguir: el de salir al encuentro de
millones de Venezolanos con un mensaje de unidad y tolerancia, promoviendo la reconciliación
nacional y la solución de problemas concretos y prioritarios para la gente. En la
moderación radicó la fuerza que alcanzó la propuesta. Una propuesta respaldada
por 6.468.450 Venezolanos. Y detengámonos allí para tomar la
primera nota que todos deben hacer. Con Henrique Capriles a la cabeza, y la Unidad timoneada por ese
Maestro de la política que es Ramón Guillermo Aveledo, pudimos sumar algo mas
de 2 millones de compatriotas a la votación que habíamos obtenido en el 2006.
Mientras tanto, el presidente Chávez pudo crecer solamente 750 mil votos. Miren la
tendencia. Aprecien el alcance de lo que logramos junto a Henrique y con la Unidad.
Es cuestión de tiempo y de profundizar el recorrido. Hay que llevar el mensaje
y otros se irán sumando y transitando el camino que estamos construyendo.
La
plataforma que lo hizo posible fue la Unidad. La Unidad que nos otorgó el
derecho de escoger nuestros lideres nacionales, regionales y locales en
elecciones primarias. La unidad que convocó toda una confluencia de talento
para presentar una propuesta sensata y moderna, en la que lo privado y lo público
cooperan para ofrecer al país mayor crecimiento económico con justicia social, y
así derrotar la inseguridad ciudadana. Esa Unidad, con sus liderazgos
nacionales, regionales y locales, a cuya cabeza está Henrique Capriles
Radonski, siguen siendo el camino.
Conozco
a Henrique muy bien ¿Lo recuerdan preso frente a la arbitrariedad? ¿Han visto alguien
con tan disciplinada dedicación como la que tuvo en campaña? Entonces como alguien puede haber
votado por Henrique el 7, lleno de esperanza y guiado por la autenticidad de su
mensaje; y amanecer el 8 dudando de “El Flaco”, al conceder la derrota ¿Puede alguien
creer que ese Venezolano tan integro recocería una derrota que no ocurrió?
Comprendo que el dolor es intenso, y hasta puede cegar. Pero no dude nadie que
Henrique Capriles y todos los que estamos en el Comando Venezuela o la Mesa de
Unidad Democrática estábamos decididos a defender cada voto emitido por los
Venezolanos; y de hecho, nos preparamos para contarlos y defenderlos uno a uno
con la Operación Victoria. Tuvimos presencia en toda Venezuela y el exterior
del país 133 mil testigos de mesa y una red de organización y voluntarios que involucró
a más de 250 mil personas. A ellos debemos agradecerles con toda el alma el
enorme esfuerzo que hicieron.
Pero
como dijo Henrique, hay que saber ganar y saber perder. Y no hay pueblo
derrotado.
¿Qué pasó?
No hubo fraude electoral. Hubo
ventajismo en las elecciones, que es algo muy diferente. Y lo sabíamos, pero no
hay otra alternativa que luchar contra ese ventajismo a través de la
participación.
Un ventajismo que convierte la
lucha democrática, pacífica y electoral contra Chávez en una empresa titánica,
porque es la lucha del ciudadano contra un Petro-estado. El día de las
elecciones los votos emitidos fueron contados. No hay indicios de fraude. Incluso
a esta altura ya se auditaron las mesas con la papeletas depositadas por
nosotros. Si alguien quiere recontarlos que lo haga. No hace falta pedirlo al
CNE, en el Comando Venezuela están todas las Actas. Por eso mas adelante les propondré
algo mas útil para nuestro tiempo.
Sin embargo, gritar fraude en
una situación de decepción colectiva tan delicada como la que vivimos puede
encontrar eco y conquistar voluntades, y lo mas grave, inhibir a mucha gente de
continuar luchando. Por eso, y porque ya nos picó esa culebra una vez, me
detengo en el tema. Ya pasamos por allí después del referéndum revocatorio
que perdimos en el 2004 (que incluso no sabemos ni cómo o dónde lo perdimos porque
entonces, a diferencia de hoy, no teníamos testigos en todas las mesas del país,
ni siquiera en la mitad de las mesas electorales de nuestra geografía
nacional). ¿A dónde nos llevó aquel grito de fraude? A la abstención ciudadana
que causó las derrotas regionales en Miranda y Carabobo, y la pérdida de
importantes Alcaldías como la de Maracaibo. ¡Cuidado! No fue hace tanto tiempo
como para haberlo olvidado. Recuerden que de allí terminamos en un hueco donde
nadie quería votar, y un año después en el 2005, en lugar de asumir la reconstrucción
de la confianza en el voto, terminamos entregando la Asamblea Nacional.
Pero hasta aquí de historia,
para analizar el presente, aprendiendo de esa historia.
En cada mesa electoral se nos entregó
un Acta. Todas ellas fueron contadas (y ninguna diferencia en alguna mesa o
centro tiene incidencia sobre el resultado). Allí está documentado lo que pasó,
y nada de lo que hoy nos dice el CNE es distinto a lo que dicen esas Actas de
Escrutinio. Los resultados no se “voltearon” de pronto. Temprano en la tarde teníamos
aproximaciones al resultado con base a “encuestas en boca de urna”, pero estas
perdieron eficacia al alcanzar la participación electoral los niveles que alcanzó,
en todos los centros del país. Cuando empezaron a llegar Actas comenzaron los
Conteos Rápidos (Quick Counts), que permiten hacer proyecciones con una muestra
representativa de mesas electorales, y contando cada voto efectivamente emitido
en ellas (no haciendo encuestas en la calle). Y esos conteos nos indicaron lo
mas doloroso, que estábamos perdiendo. Es decir, quienes dicen que se “voltearon”
los resultados comparan peras con manzanas. Estuvimos 2 puntos arriba por un
rato en las encuestas en boca de urna, pero luego siempre abajo en los conteos rápidos.
Era evidente que habíamos perdido. Pero no lo concedimos hasta mirar la data en
toda su profundidad.
Ahora les explico a quienes me envían
mediocres ejercicios matemáticos que todo es mas sencillo. Somos 18.903.937
Venezolanos inscritos en el RE. Votaron en una participación histórica el 80,94%
de los electores, es decir, se emitieron 15.300.847 votos. El primer boletín
del CNE incluía solo el 90% de las Actas escrutadas y trasmitidas (es decir, el 90% de esos votos
emitidos) que suman 13.770.761 votos, y se nos dijo cuantos eran votos nulos:
263.954. De allí las primeras cifras que arrojan a Chávez con 7.444.062 (54,42%)
y a Henrique con 6.151.544 (44,97%) de los votos válidos. Hoy sabemos el
escrutinio del 97%. Todo cuadra y no faltan ni sobran votos:
Lo que pasó fue otra cosa:
1) En primer lugar los recursos. Henrique
recorrió a Venezuela compitiendo contra un líder popular y populista, y contra
todos los recursos del Estado. Hay un grave desequilibrio institucional en
Venezuela. Y nadie ni ninguna institución lo corrige. Las elecciones en
Venezuela son libres pero no son justas. No sólo se financia la Campaña del
gobierno con todo el dinero del Estado, sino que hay una hegemonía comunicacional
del gobierno. Durante la Campaña hubo 47 horas de cadenas presidenciales. La
cobertura informativa de televisión en medios públicos de Chávez alcanzó 180
horas, la de Henrique 27 horas. Cada Campaña podía comprar 3 minutos de TV y 4 minutos
de radio, por medio de comunicación, al día; pero el gobierno aprobó un crédito
adicional al presupuesto nacional empezando la campaña donde asignó 300
millones de dólares a la compra de publicidad gubernamental. La pauta
publicitaria oficialista fue el 85% del total, Capriles el 13% y el CNE el
2%. Cuando se mira el espectro de
las radios AM la realidad de ventajismo oficialista es mucho mayor.
Al Flaco no le quedó otra alternativa
que patear la calle (cosa que siempre debemos hacer si queremos construir la mayoría)
pero su mensaje no pudo alcanzar la difusión, magnitud y volumen que tuvo el
gobierno. Y les doy un último dato, la semana de cierre de la campaña (de Lunes a Jueves) el desequilibrio
informativo se agudizó. Por ejemplo en VTV Chávez tuvo cobertura de 9 horas y
Henrique de 2 minutos. Piensen en esto y encontrarán respuestas que no están en
el grito de un fraude el día de las elecciones, porque no lo hubo, y quizás (de
ser posible, que es muy difícil cuando hay testigos de mesa) ya no era siquiera
necesario.
¿Y ese candidato, con ese
inmenso poder sólo saco 700 mil votos más que en el 2006, mientras nosotros crecimos
en 2 millones? Por allí hay muchos cuentos chinos y de chinos o muertos que
votan. No se como pudieron votar fantasmas si había capta-huellas para poder
activar la maquina de votación, pero en todo caso, ¿si Chávez inscribió ese gentío
que dicen, para votar sin derecho a ello, cómo es que de casi 3 millones de
electores nuevos en que creció el RE nosotros sacamos 2 millones de votos y Chávez
solo 700 mil? Se fijan que los que crecemos somos nosotros.
Esto pone de relieve que el
aparato comunicacional del gobierno cercó el alcance electoral, y vendió una
mentira por todos rincones de Venezuela a donde no pudo llegar caminando
Henrique, por falta de tiempo no de ganas. Además, en las últimas semanas de campaña
cuando se agudizó el desequilibrio informativo, el gobierno se dedica
a la comunicar la infamia de que Henrique tenia un plan secreto que les quitaría
sus beneficios sociales o los despediría de su trabajo. Henrique repitió casa
por casa que no lo haría, que por el contrario su ley de misiones las mejoraría
y las llevaría a todos sin distingo de preferencia política, pero eso recibió
minutos de cobertura frente a horas de comunicación de la mentira.
Para quienes quieren entender
mejor porque digo que no hay irregularidades en el tema del Registro Electoral
o comprender mas a fondo los desequilibrios en medios de comunicación social
les recomiendo leer los estudios de la Universidad Católica Andrés Bello en www.monitorelectoral.org, y les
destaco el Informe sobre Consistencia Demográfica del Registro Electoral y sus
informes de seguimiento al cumplimiento de la normativa electoral.
2) Segundo; el Miedo. Para nadie es
un secreto que el gobierno presiona a quien recibe algo o tiene un empleo público
o contrato con el Estado. Y el Estado es cada vez mas grande e influyente, en
el modelo económico de este régimen. Son vastos sectores profundamente
vulnerables. La relación con un gobierno convierte sus derechos en prebendas, de
las cuales depende su estabilidad personal y familiar. Pero el miedo tiene muchos
rostros. Y el miedo es libre. Una de las consecuencias de la hegemonía comunicacional
del gobierno es que no se puede conocer masivamente el plan o mensaje
alternativo que se propone frente al del gobierno de Chávez.
Entonces se enfrenta la duda con
lo conocido. La incertidumbre genera también miedo al cambio. La encuesta
Gallup viene sistemáticamente revelando en sus estudios sobre Venezuela que
cerca del 56% de los Venezolanos quiere soluciones concretas pero no un cambio
radical del sistema en el que vive. Esa tendencia viene decreciendo, pero hay
un camino por recorrer. Por otra parte, los estudios del Centro Gumilla revelan
que 42% por ciento de los Venezolanos tiene miedo de hablar sobre política
abiertamente en su comunidad; y los estudios de Varianzas indican que un
porcentaje similar tiene dudas sobre el carácter secreto del voto. Y aunque el
voto si es secreto, y se puede demostrar que es secreto, el CNE no invirtió un
centavo en propaganda para aclararlo al país dejando a esos Venezolanos a
merced de la duda.
3) Tercero, faltó tiempo. Crecimos
en 2,100,000 votos. Y el gobierno está desbordado por la inviabilidad de su
sistema. Pero también ha
establecido una vocación social que debemos asumir. Por eso la necesidad de
cambios como los que propuso Henrique es urgente en Venezuela, si el gobierno
no los asume crecerá nuestra caudal electoral siempre que sigamos haciendo
exactamente los que hicimos estos últimos meses, para capitalizar el
descontento.
La tarea es mantener la Unidad.
Luchar por nuestros espacios de participación. Votar masivamente y derrotar el
miedo.
En estos meses la esperanza derrotó
al miedo en 2 millones de almas. Hay mucho donde crecer todavía, pero no seamos
miopes o utópicos pensando que esos otros votos están solamente en el 20% que
no votó. Hay muchos allí, pero lograr que vote el 80% de un padrón electoral en
una proeza. Los votos están entre los 8 millones de personas que votaron otra
vez por Chávez. Hay que entender sus razones y aspiraciones. Y a ellos debemos
hablarle sin ofender, como lo hizo Henrique, reconociendo su existencia y
aspiraciones. Reconociendo los resultados. Promoviendo y aceptando el dialogo
con el sector del gobierno si de el puede salir algo mejor para Venezuela. Tenemos
que logar que millones de hermanos Venezolanos nos abran la puerta de sus
hogares y escuchen un mensaje que ya sumó dos millones más a nuestras filas. Es cuestión
de tiempo, pero hay que trabajarlo con dedicación y humildad, abriendo nuestros
corazones hacia ese pueblo hermano que necesita una agenda política, social y
económica que garantice la inclusión.
Hay muchas cosas en el plano
social, no solo las misiones, que ha hecho el gobierno de Chávez que debemos
estudiar, reconocer y cuando hay alternativas para mejorarlas, convertirlo en
propuestas. No podemos quedarnos en la crítica insensible. Y así debemos actuar
frente a cada problema urgente del país. La campaña que hicimos marcó la pauta
en esa dirección, hay que continuarla, convertirla en activismo político.
Henrique con su estilo místico
lo recordó, al reconocer lo sucedido el 7 de Octubre en la noche: “El tiempo de
Dios es perfecto”. Siempre recuerdo en este tipo de situaciones a Churchill: “la
paciencia es un árbol de raíces amargas, pero con frutos dulces”
4) Finalmente, hay dos realidades
en Venezuela, pero seguimos siendo el mismo pueblo y un solo país. Las
realidades no se dividen sólo por razones políticas o socioeconómicas. También
en el plano geo-económico, entre la dimensión urbana y rural del país hay
inmensas diferencias. Hay que continuar abriendo caminos para conocerlas mejor,
ganarnos su confianza, sembrar en ellas la esperanza y reconciliarlas en una
unidad mas amplia que la que ya tenemos.
¿Qué Hacer?
Yo les propongo una tarea mas útil,
práctica y trascendente que dejarnos arrebatar por el dolor de la derrota.
Les propongo seguir organizándonos
en torno a la Unidad y su liderazgo, siguiendo la pauta de Henrique Capriles y
Ramón Guillermo Aveledo, con los líderes regionales y locales electos en
nuestras primarias de Febrero del 2012. Organizarnos para ganar en todos los
estados que podamos el próximo mes de Diciembre. Organizarnos para seguir
votando y conquistar espacios municipales en Abril del 2013; y finalmente alcanzar
la mayoría en la Asamblea Nacional el 2014.
Hay que hacer política y confiar
en el equipo que tenemos. Hoy Henrique fue categórico: “Tenemos que levantarnos
de la tristeza. El Radicalismo y la Antipolítica nos hizo mucho daño, no
caigamos en lo mismo”.
El que se radicaliza pierde. Si
Chávez se radicaliza más aún, perderá en otro momento. Nosotros debemos seguir
encontrando fuerza en la moderación.
Sigue habiendo un Camino: lo estamos
construyendo.