Nuestro último comentario giró en torno a una lectura de las elecciones del Senador Scott Brown en Massachussets, en las que sorpresivamente salió ganador para ocupar la silla del legendario Ted Kennedy.
El Presidente Obama observó el acontecimiento y ha sabido darle lectura. Desde ese momento fijó una nueva estrategia que está funcionado. El discurso del “Estado de la Unión” fue su punto de partida. El énfasis quedó colocado en el tema del empleo y la recuperación económica; la agenda de la reforma del sistema de salud no ocupó el centro de su atención. Obama lanzó un plan de estimulo a la pequeña y mediana empresa con base a una agresiva política de préstamos a este sector, montante a 30 billones de dólares, con parte de los fondos recuperados del auxilio financiero hasta la fecha. La estrategia presidencial de “apuntalar” y depositar su confianza en la pequeña y mediana empresa para salir de la crisis económica, llega al corazón del Americano, que ve con igual desconfianza al gobierno y a las grandes corporaciones, y a estas últimas sobre todo después de los acontecimientos de Wall Street. (http://www.gallup.com/poll/125438/State-Union-Speech-Public-Opinion.aspx?CSTS=alert). Los Republicanos en una lectura equivocada de los acontecimientos de Massachussets giraron a la derecha en lugar de moverse al centro.
Las primeras reacciones en las encuestas demuestran que Obama ha recuperado espacio en distintos sectores mas jóvenes de la población (http://www.gallup.com/poll/126329/Age-Groups-Differ-Obama-Bush-Clinton.aspx?CSTS=alert), para colocarse nuevamente cerca del 50% de aprobación en promedio (http://www.gallup.com/poll/125462/Obama-Approval-Hits-50-After-Stretch-Sub-50-Ratings.aspx?CSTS=alert), luego de haber bajado hasta un 47% en Octubre/Noviembre. Pero lo mas importante, Obama se ha mostrado al país buscando consensos en torno al tema de la reforma del sistema de salud pública. Sentó a todas las partes en la mesa y presentó su caso ante el país con humildad, pero demostrando “autoridad presidencial”. No hay una mayoría absoluta clara en contra de la reforma de salud pública, consolidada en la opinión pública Americana. La gente quiere un cambio responsable y con equilibrios, pero se muestra escéptica con relación al tema de la participación o intervención del gobierno y sus costos. De igual manera, las aseguradoras cuentan con bastante rechazo en la gente por sus repetidas injusticias y negativa a dar acceso al seguro a quienes tienen “condiciones pre-existentes”. Se podría decir que la mayoría quiere una reforma que garantice mayor acceso y ponga a las aseguradoras en su sitio, pero sin poner en riesgo la estabilidad fiscal ni encarecer los costos actuales de las primas de seguros (http://www.gallup.com/poll/124460/Urgent-Health-Problem-Access-Healthcare.aspx?CSTS=alert). Hasta ahora, el Presidente ha logrado, parcialmente, mostrar los méritos de su propuesta (que ente otra cosas garantiza a quien desee seguir con su actual seguro que puede hacerlo, pero le garantiza a quienes no lo tienen una cobertura idéntica a la de los funcionarios públicos y congresistas); pero lo mas importante, Obama ha puesto en evidencia que el Partido Republicano no ofrece ninguna alternativa. Con un país que sigue ligeramente inclinado a favor de una “reforma responsable” (http://www.gallup.com/poll/126197/Spending-Less-Becoming-New-Norm-Americans.aspx?CSTS=alert ), el Presidente mantiene mayor confianza que ambos partidos en relación a sus propuestas sobre la materia (http://www.gallup.com/poll/126338/Obama-Retains-Trust-Congress-Healthcare.aspx?CSTS=alert), pero sigue sin consolidar una mayoría absoluta de respaldo a su ley (http://www.gallup.com/poll/126521/Favor-Oppose-Obama-Healthcare-Plan.aspx?CSTS=alert). Por otra parte, hay que anotar que el tono del Presidente, y su recuperación de espacio en la opinión pública, ha pavimentado el camino para el procedimiento de “reconciliación” que le permitiría resolver la oposición por “filibuster” en el Senado.
Por su parte, la estrategia Republicana de responder a todo un “NO” les está causando mucho daño y no les permite capitalizar mas allá de sus audiencias tradicionales. El ejemplo más claro de esa actitud poco constructiva de los Republicanos, en una estrategia equivocada, lo puso en evidencia el Presidente cuando propuso una Comisión Bicameral Parlamentaria presidida por los Republicanos para que elaborar un plan de reducción de déficit fiscal a ser ejecutado en los próximos años, en el marco del debate sobre el plan de estímulos y la reforma de salud, ¡y estos se negaron a participar en dicha iniciativa!
Una reciente encuesta demuestra que en el mapa electoral, mas allá de las preferencias a nivel nacional que dan un empate técnico entre ambos partidos (http://www.gallup.com/poll/125744/Parties-Tied-2010-Midterm-Election-Preferences.aspx?CSTS=alert), los demócratas mantienen, vía la popularidad del Presidente por estado (http://www.gallup.com/poll/125450/Party-Affiliation-Despite-GOP-Gains-States-Remain-Blue.aspx?CSTS=alert), la posibilidad de retener la mayoría -aun cuando no una super-mayoría- en las próximas elecciones parlamentarias. Además, la juventud independiente, un bastión electoral movilizado por el Presidente Obama a raíz de las elecciones primarias del partido Demócrata, ha vuelto gradualmente a expresar su confianza en el Presidente. Igualmente, el en espectro de quienes quieren cambio y reforma, nadie compite con base sólida desde la otra acera con el Presidente con un discurso y plan alternativo. Los Republicanos que juegan desde el extremo con Sarah Palin, y lideres “opacos” como McCain, Greenwich, y las principales figuras parlamentarias, poco peso le hacen a Obama. Acaso Mitt Romney (el exprecandidato y exgobernador de Massachussets) y el Gobernador Tim Pawlenty de Minnessota, intentan escapar de esa trampa “neoconservadora” dando lectura a los acontecimientos y están recorriendo el país, sin prisa pero sin pausa, en búsqueda de un “espacio” de “centro derecha” que les permita capitalizar cualquier resbalón de Obama, hablando principalmente del problema económico. (http://www.gallup.com/poll/125777/Voters-Divided-Obama-Republican-Candidate-2012.aspx?CSTS=alert)
La caída reciente de popularidad del Presidente tiene que ver mucho con la justificable impaciencia que reina en las masas desempleadas y sus entornos familiares ante la crisis económica (http://www.gallup.com/poll/125678/Obama-Approval-Economy-Down-Foreign-Affairs-Up.aspx?CSTS=alert), pero en esos sectores se puede recuperar espacio con la gradual recuperación de la economía que se asoma. Según las encuestas, los americanos no se encuentran hoy satisfechos con el estado de cosas en el país (http://www.gallup.com/poll/126554/Satisfaction-Drops-Below-20.aspx?CSTS=alert), pero tienen en este momento mayoritariamente confianza en el futuro inmediato, lo cual implica que todavía no ha pasado a una postura de censura irreconciliable con el Presidente, sino que prima un “juicio critico" o "apoyo condicional” por falta de resultados concretos (http://www.gallup.com/poll/124910/Majority-Americans-Optimistic-Future.aspx?CSTS=alert). Sin duda, el equipo de la Casa Blanca ha puesto el “punto sobre la i”, enfocado el mensaje y la acción política hacia el tema económico hablando de empleo, pero sin abandonar el tema de la reforma de salud, aun cuando agotando vías para mejorar la ley y encontrar consensos, con mucho énfasis en demostrar la sustentabilidad fiscal de sus políticas en el largo plazo. Este plan de acción se alinea perfectamente con las preferencias de la opinión pública (http://www.gallup.com/poll/126614/Americans-Say-Jobs-Top-Problem-Deficit-Future.aspx?CSTS=alert). Otra vez el Presidente -y no algún Republicano- ha tomado la iniciativa.
No obstante, el arte de la política es más exigente de lo que siempre pensamos. Los dos sectores que también influyeron en el reciente revés de popularidad presidencial se relacionan a audiencias complejas cuya movilización le permitió a Obama alcanzar picos de popularidad en las elecciones pasadas. Por un lado están quienes quieren ver una reforma del sistema de salud basada en la “opción pública” y ven esta posibilidad fuera de la mesa. Por el otro lado, está la juventud que ya deja de ver al “candidato fresco” en la medida que la “realpolitik” arrolla al Presidente en el poder. Por ejemplo, en esa masa joven la decisión de incrementar tropas en Afganistán tuvo en alto costo político (http://www.gallup.com/poll/124520/Obama-Approval-Afghanistan-Trails-Issues.aspx?CSTS=alert). No obstante, y quizás los cálculos están hechos, el Presidente puede perder cierto respaldo en esas audiencias sin que lo puedan capitalizar los republicanos con su plataforma tan “reaccionaria” en temas sociales; y tan “belicista” en temas de seguridad nacional y política internacional. Pero cuidado con los cálculos, una desmovilización de estos sectores puede tener un alto costo electoral para Obama en determinados escenarios. En el terreno del gobierno es difícil mantener a todos alineados, porque se toman decisiones. Primero, imponer la “opción pública” es muy difícil en un país como los Estados Unidos, tan “dogmático” en eso de mantener al gobierno al margen, y esto mas allá de nuestras preferencias, porque quien suscribe piensa que en la existencia de una opción pública radica la esencia de una verdadera reforma al sistema de seguridad social y salud. Y segundo; es imposible gobernar sin tomar en cuenta las presiones de la realidad castrense e internacional en el plano de los muchos conflictos en los que se encuentra involucrado el Gobierno de los EUA por la cruzada internacional contra el terrorismo. La mayoría de los americanos también es muy sensible a este tema, incluyendo no solamente audiencias radicalizadas de la derecha, sino también una buena parte de los republicanos y demócratas que están en el centro del espectro político (http://www.gallup.com/poll/126101/Americans-Divided-Strength-National-Defense.aspx?CSTS=alert ). El “delivery” en esto casos vive en permanente conflicto con “el mensaje y las expectativas” de ciertas audiencias claves. Sin duda Obama tiene que gobernar desde el centro, pero sin desdibujarse como líder progresista. Así que en esa turbulencia navega el Presidente.
Por supuesto, es necesario dar una mirada a la economía para hacer escenarios. Desde Febrero del 2009 hasta hoy el Indice Dow Jones se ha recuperado de 6.626 a 10,260 puntos (64 %); y el sistema financiero salió de una crisis que lo tenia al borde del colapso; encontrándose ahora en proceso de reorganización y comenzando a cancelar una buena parte de los auxilios financieros. La industria automotriz ha comenzado a presentar signos de recuperación y avances hacia su restructuración, en medio de una ligera pero ya definida tendencia de recuperación de los índices de confianza y consumo del consumidor. El desempleo sigue siendo una cruz a cuestas, con cifras cercanas al 9,75%, pero ya comienza a verse una tendencia sostenida de dos o tres meses consecutivos en los que las cifras de despidos han sido superadas por las de nuevos empleos. Con excepción de estados como California, Nevada, Florida, donde la crisis inmobiliaria fue muy profunda; en otras grandes urbes ya comienza a ceder la recesión económica. Por ejemplo, en Washington, Austin, Dallas, Houston, Kansas City y Minneapolis, por citar algunos ejemplos, ya los mercados inmobiliarios, los índices de nuevas construcciones y los niveles de consumo o empleo comienzan a presentar una sostenida recuperación. (http://finance.yahoo.com/career-work/article/108976/Cities-where-the-recession-is-easing;_ylt=AjV_RmXA6yUj9807fMmackhO7sMF;_ylu=X3oDMTE5dXE1cGIwBHBvcwMyBHNlYwN3ZWVrZW5kRWRpdGlvbgRzbGsDd2hlcmV0aGVyZWNl?mod=career-work#top30) En consecuencia, el Plan de estimulo económico ha dado resultados, pese a no haberse ejecutado en toda la magnitud autorizada por el Congreso, ante las presiones políticas y de opinión que criticaron sus niveles de endeudamiento e impacto sobre el déficit fiscal. Por supuesto, la coyuntura ha dejado a todo el aparato del gobierno federal sin capacidad para avanzar firmemente en reformas estructurales, como por ejemplo, en el sector energético. En materia tributaria, está en vigor una reducción de impuestos que ha beneficiado al 95% de los contribuyentes, y las reformas de fondo mas controvertidas no han sido aprobadas por el Congreso, ni vemos a la Casa Blanca poniendo ningún acento en acelerar su aprobación, por ahora. Vendrán entre en el 2011 incrementos en los impuestos a las ganancias de capital y dividendos, pero no por acción concreta de este gobierno o su mayoría parlamentaria, sino por el “sunset provision” que deja sin efecto las reducciones acordadas temporalmente el año 2000 en ese renglón fiscal.
El camino del Presidente Obama no deja de ser espinoso y difícil pero se necesita mas que eso para verlo con el sol en la espalda. Primero, estado por estado sigue teniendo una ventaja dentro del sistema electoral de segundo grado que rige en los EUA para las presidenciales. Segundo, los Republicanos no terminan de perfilar una alternativa, por lo que los reveses de popularidad no son capitalizadas por ningún líder de oposición. Tercero, en la medida que la economía crezca y el desempleo baje, la opinión publica tiende a reconciliarse con la posición del Presidente pues su aprobación en temas como educación, política exterior y otras materias es superior al 54% en promedio. Tercero, el presidente sigue teniendo mayor conexión que ningún otro líder con la población de menos de 35 años y los latinos, además de los electores blancos con mayor nivel educativo. De salir airoso con una reforma “de centro” en materias sensibles y emblemáticas como Salud Pública o Inmigración en los próximos dos años, con una economía en proceso de recuperación, podría capitalizar fácilmente su reelección.
Esa es la batalla política que se está librando en los EUA de cara a las elecciones parlamentarias de mitad de período (“midterm elections”).
El tema de inmigración en la mesa legislativa, junto con la reforma de salud claves para captar el voto Latina en EUA.
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