Pasa el tiempo,
sin plan de regreso.
Los cambios en la patria,
no llegan a tiempo
De pronto, se asoma el futuro.
Regresa el dilema.
¡La alegría ya viene!;
o así parece,
en Venezuela.
Sentados en El Café,
los contertulios,
analizamos;
otra vez,
lo que viene.
No vale la pena,
dice un presente.
Para quien la patria,
es un accidente;
y concluye, con autoridad:
ese cambio, no ofrece seguridad.
Otra afirma,
con tristeza:
Mi esposo ya no regresa.
¡Y a mis hijos,
no les interesa!
Escucho en silencio.
Yo si sueño.
Ayer, hoy y siempre;
creo en el cambio;
creo en la gente.
Bebo otro sorbo de mi café.
Muerdo una galleta.
Busco tiempo;
con la boca llena,
pero todos saben que hablaré.
¿Y entonces?,
Me increpan los contertulios
¿Entonces qué?
¿Tú regresas?
Quedo emplazado,
sin mas café,
sin mas galleta.
El tema,
no es si regresas.
La pregunta es otra:
¿Qué toca hacer?
Desde aquí,
o desde allá.
Para que llegue el cambio,
para que sea posible.
Para que ser Venezolano,
no de vergüenza.
Sigo hablando;
de Andrés Bello,
y el Código Civil Chileno.
Hablo de Miranda
y el Arco de triunfo.
Hablo de Aparicio
y el Hall de la Fama.
Les recuerdo a Vizquel.
A Convit.
A Gallegos.
A Gabaldón.
A Villanueva.
A Soto y Cruz Diez.
A Reverón.
Al abuelo Polito
y su Banco Obrero.
Al abuelo Pepe,
con su pasión por educar.
Recordamos los parajes:
Canaima y Los Andes;
El Ávila y el Mar.
El Ávila y el Mar.
Recordamos cada anécdota;
la garra y la obra de cada abuelo;
de cada viejo.
Les recuerdo,
lo que logramos …
en aquel y en este suelo.
Venezuela vive,
en cada uno de nosotros;
en cada cosa que hacemos.
Venezuela esta aquí,
en esta mesa.
Esta allá,
en aquella tierra.
La pregunta es:
¿Qué hacer por ella?
Aquí o allá,
por Venezuela.
Leopoldo Martínez
McLean, Virginia
10/10/2010.
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