El Nacional, 22 de junio 2014
La carta de Jorge Giordani luego de su destitución es uno de los eventos más importantes de los últimos años.
No tanto por su dimensión política, pues en ese orden quedaría reducida a una expresión más de las tensiones, conflictos y divisiones entre grupos de poder a lo interno del oficialismo desde el fallecimiento de Chávez. Lo es porque apunta al fracaso del modelo económico de los últimos 15 años.
La carta de Giordani es una confesión de responsabilidad frente a lo que en días anteriores definimos en este espacio como un “Economicidio”, al comparar el mediocre desempeño económico de Venezuela frente al de América Latina. Es la confesión del fracaso de un sistema cambiario que ha arruinado la producción nacional, sin que el anclaje del tipo de cambio oficial haya evitado la inflación y la devaluación que hoy devoran los alcances sociales que se mostraban como logros de “la revolución”. Es una confesión de como el llamado “modelo socialista del siglo XXI” confiscó toda posibilidad de crecimiento económico con base en la inversión privada, dilapidando cuantiosos recursos y oportunidades ofrecidas por una larga bonanza petrolera. Es una confesión del desorden fiscal y financiero, de tinte absolutamente político y electoral, que nos ha colocado a merced de una inmensa deuda con China, comprometiendo nuestra producción futura de petróleo. Es un reconocimiento de la politización del BCV, Pdvsa y las empresas públicas; que nos ha llevado a esta alta inflación con escasez, a una peligrosa reducción de nuestra producción y exportaciones petroleras, a una crisis de los servicios públicos, y a un colapso de la empresas básicas de Guayana. Este modelo que fracasa fue el propuesto por Giordani, quien es incluso responsable de la corrupción cambiaria que el mismo denuncia; porque la brecha que abrió entre el valor real del dólar y los tipos de cambio oficiales no podía existir sin que se generarán grandes distorsiones y una terrible corrupción que explican el volumen sobrefacturado de importaciones que hemos visto en los últimos años, para no hablar de las empresas de maletín, que según afirmaciones de voceros oficiales (Giordani y Rodríguez Torres) representaron un fraude de mas de 20 millardos de dólares en 2013.
Por otra parte, Maduro excluye a Giordani del gobierno sin reconocer públicamente el fracaso de los últimos 15 años. Sabe que no pueden producirse cambios y rectificaciones mientras “el Monje” permanezca en el gabinete, pero no puede admitir que todo esto señala una responsabilidad del propio mentor político de este absurdo experimento: el comandante Chávez. No obstante, el emplazamiento de Giordani obliga a responder si los cambios que se proponen son simplemente de operadores, para abrir paso al esquema transaccional que introduce los privilegios mercantilistas que denuncia Giordani.
Frente a este acontecimiento la pregunta que se hace el país es sencilla. Si el capitalismo no sirve y tampoco el “experimento socialista” dirigido por Giordani todos estos años bajo la autoridad de Chávez; entonces: ¿Qué modelo económico propone Nicolás Maduro?
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